Me llamo Sara Eugenia Cortés, vivo en Anzoátegui, estado de la costa oriental de Venezuela. Desde niña siempre quise saber cómo era la primavera, ya que en mi país sólo tenemos dos estaciones, verano y un supuesto invierno, donde en vez de caer nieve cae solo lluvias. En la capital por ejemplo, hace mucho frío durante esos días supuestos de invierno, en mi ciudad, solo he visto sol, sol y más sol. Y no es que no me guste el sol, pero siempre ansié desde niña conocer otras cosas que en la vida de una costeña pueden no verse jamás. Un día leía de niña un libro llamado MUJERCITAS, mi tío Oswaldo me lo regalo cuando regreso de su viaje por España. Y fue allí, que me enteré que no solo había una estación llamada invierno en donde las casas se llenaban de nieve, sino otra muy atractiva para mis oídos llamada PRIMAVERA. Me pareció increíble como podía renacer todo de nuevo luego de un tortuoso otoño y un escalofriante invierno... me dije: la naturaleza es perfecta –quizás por eso estudie ciencias naturales y ahora soy profesora de estudios de la naturaleza en una escuelita rural- El renacimiento, la regeneración de la vida luego de una muerte simbólica, muere una planta al caerse las hojas, pues no! El alma sigue allí con las raíces y renace la hoja y luego la flor. En los seres humanos quizá pase igual. Me empeñé en buscar más libros sobre la primavera, pero más allá de saber lo que científicamente eran las estaciones y todo eso- pues en la escuela te lo dicen a cada rato- quise buscar más allá. Me fui a la poesía, a la vida de los seres humanos y su cohesión con aquel fenómeno, tanto que le dije a papá para irme a Argentina u otro país que si tuviera primavera. Quería ver cómo reaccionaban. Había leído a Mafalda por ejemplo, en donde los personajes se alegraban por la llegada de la tan ansiada primavera. Todo era amor, corazones, flores, e incluso en una película descubrí que en esa época la gente le daba alergia y se incrementaban las gripes... no se si entendía bien pero era debido a la cantidad de partículas en el ambiente que despedían las flores durante su “aparente apareamiento natural”.
Llegando a mi adolescencia prematura, hallé que ella no sólo era un cambio climático, sino que era un efecto psicológico también. Debido a que los habitantes de un país tenían una actitud distinta ante cualquier otra estación. Una temperatura casi perfecta, templada, los campos en flor, los riachuelos sin el hielo paralizante y hostil, Las flores... ummm las flores. En mi ciudad, no había flores, no tan bellas como los girasoles o los tulipanes. Quizá en un verde manglar cerca de Punta de la Cruz una isla cercana, alguna otra florecilla amarillita e insignificante, pero nada como los tulipanes y que decir de las rosas.
Durante mi vida seguía mi obsesión por la primavera. Libros, poemas, fotos, postales, amigos me llevaban fotos de aquellos países. Un día pasó algo que cambio mi vida. Matilde, mi mejor amiga, tuvo que irse de la ciudad para otro país, su papá era el gobernador del Estado y lo proclamaron agregado cultural en la embajada de Perú, luego sería de Bolivia y finalmente llegaría a la Argentina. Le encomendé a mi amiga, traerme noticias de todas la primaveras que se encontraran por su paso. Recibí por el transcurso de cinco años, fotos, cartas, descripciones de los paisajes junto a testimonios de personas- ella desde luego estudiaría periodismo, hoy por hoy es una afamada escritora- Comenzamos una comunicación extraordinaria, desde kilómetros de distancia sobre el ahora nuestro tema favorito. Un día 21 de marzo, año nuevo cósmico, recibí una llamada. Era Matilde.
Ese día era la entrada no sólo de la primavera sino también mi cumpleaños!!! Allá en Buenos Aires, donde se encontraba, era otra estación, por estar del lado opuesto al uso horario de mi país... sus navidades la pasaron en verano y luego venía el otoño. Había otra razón por lo que mi amiga deseaba hablarme. Ella le había hablado a un amigo de nuestra afición y él deseaba comunicarse conmigo por cartas, para compartir también. Carlos era un recolector de flores en un campo a unas horas de la cuidad. Su familia cultivaba desde hace un siglo rosas y había heredado el oficio por su padre Francisco.
La química con su nuevo amigo Carlos, fue inminente, al principio, ella sintió un poco ansiosa, tanto que hasta solía confundir sus sentimientos. Luego fue entendiendo que era una valiosa amistad. Le halagó que haya sido él quien la hubiera contactado.
Recibió miles de cartas, durante dos años que estuvieron en contacto a distancia. Las fotografías de las rosaledas eran tan hermosas que casi podía amarlo a través de las imágenes rojizas de los paisajes. Sentía su perfume, su suavidad, su color. Las descripciones de su vida la impactaban, era un hombre muy sencillo pero lleno de un gran bagaje sobre la vida, las sensaciones y las percep ciones. Un día revisando el correo le llegó una carta y un paquete algo pesado. Carlos le había enviado aparte de una hermosa carta un libro rojo, con unas letras griegas: Era la historia del Dios Dionisos y los rituales de primavera en los tiempos de la antigua Grecia. En la primera página había una leyenda: “Adora Sara, podés pasar toda tu vida buscando la primavera a través de las cartas y los libros, pero no hallarás el significado hasta que lo experimentes tu misma. Pero... (Siempre con mis peros) este libro debe ser un primer comienzo antes de empezar tu verdadera búsqueda, como el alquimista de Coelho. Aquí verás con los rituales de primavera y las fiestas dionisiacas cómo comenzó todo... Recibe un gran beso... Carlos”
Descubrí que la primavera era algo sagrado, los griegos realizaban toda clase de rito para pedir por la fertilidad de los suelos y los vientres femeninos. Estos rituales estaban ligados también con lo sexual. La tierra mujer es fecundada por la semilla para dar fruto, la mujer a través del sexo goza de un privilegio único como ser capaz de dar fruto y alimentarlo desde su vientre. Luego de allí surgen los rituales dionisiacos o Dios Baco en los romanos, Dios del vino de la fiesta, etc. etc. Era mucha información, divina e insuperable, información que llegó a mi luego de más de veinte años de búsqueda. A mis treinta años, había entendido la razón de mi vida, de donde venía mi afán. Aún no dejo de pensar que es algo ancestral, como si perteneciera allí a esas tierras y que desde hace miles de años no estaba en contacto con todo. El único problema empezaba a salir a flote. Todo este asunto me había acercado a Carlos de una manera excitante, éramos participes de un viaje por el tiempo hacia un mundo de sensaciones inexplicables. Las cartas comenzaban a tornarse muy sustanciosas de afecto, inquietudes, deseos y aunque ninguna expectativa irreal, si había una certeza de que algo nacería pronto. Ambos teníamos nuestra vida en el rincón más opuesto del planeta... Yo viajaba en mis vacaciones a mi apartamento en Caracas y él disfrutaba sus viajes en moto hasta la Patagonia evocando los diarios del Che en busca de su propio ser.
Dionisos nos había unido junto con el deseo de la primavera y de sus flores eternas en el alma.
Habíamos acordado encontrarnos en Europa un día 21 de marzo, día de mi cumpleaños, el mismo día que supe de él por primera vez. Ese día habría una presentación de la afamada bailarina Pina Bausch con su obra la Consagración de la Primavera. Ese día vestí de rojo, tal cual, como vestía la protagonista de tan hermosa obra y él parecía un Dios griego, vestido de blanco...con su cabello desordenado. El Teatro de la ópera de París retumbaba del furor de tan intensa obra. Pero nuestros ojos despedían una energía aún más superior al encontrarse bajo el lobby del Teatro.
Fueron unas vacaciones intensas... al fin conocí la PRIMAVERA
Hoy me he levantado a esperar que el día lluvioso de agosto pase para encontrarme frente a mi computadora y publicar esta historia que quiero dedicar a un hallazgo tan contundente como el de la primavera en la historia de Sara. Gracias por aparecer en mi vida. Decirte que “tenés” razón en decir que no es fácil llegar hasta una persona y ser su luz, me siento halagada de ser tu “solcito”. Después de tanto invierno en mi vida, “vos” has sido mi primavera.... Feliz Cumpleaños!!
2 comentarios:
dos años ya ....
3 AÑOS... CONOCERE LA PRIMAVERA... PERO NO A TI...
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