sábado, 5 de febrero de 2011

TU LOCURA

Gabriela  cerraba los ojos cada vez que pensaba en Camilo, las sensaciones que este señor le causaba eran indescriptibles, esta vez no quiso tocarse y se fue al supermercado a comprar algo para la cena. Como buena treintañera había tenido alguna que otra experiencia, no era una mujer evidente. En esos años de soledad había pensado cambiar un poco su manera de actuar con los hombres y con el resto de los seres humanos. Es cierto que todos teníamos decepciones, pero ella, quería experimentar la solución perfecta.
A pesar de haber tenido una infancia feliz, sus padres tenían fuertes peleas a causa de las infidelidades de su padre hacia su madre, cosa que eran frecuentes- y lo que jamás entendió- cómo estas eran perdonadas luego de un escalofriante lío que perturbaba sus mañanas sabatinas  terminando en una hermosa luna de miel.
Cómo alguien no se traumatiza así?- le decía a su amiga que también era su terapeuta
Gabriela quería poner fin a todo esto. Cuando anduvo de novia con Alex a los 18 años, vivió un episodio de celos horrible cuando lo descubrió con otra chica al verla en la propia casa de él acomodándose el vestido. Y así fue parte del “club de las cornudas de la cuadra”. Era común ver a los chicos estar con dos o más y luego  como si nada entrando a casa de sus suegros comerse la comida, hacerles mandados, mientras que en la noche se acostaban con la vecina, la mamá o la tía. Por eso cuando Gabriela se casó con Giovanni-su primer esposo- al pobre que si la amaba y si le era fiel, le montó cuernos: “Antes que me los monte a mí, prefiero ser yo la infiel”. Un día cocinaban juntos en su hermosa casa, ella le dijo que no importaba, que todos los hombres eran infieles, pero le advirtió que el día que él estuviera con otra, tenía que pensar que ella ya lo había hecho antes que él. Luego a los 3 años cuando se divorció y se prometió con  Felipe descubrió a los pocos meses, que él la engañaba con dos mujeres a la vez (pagué los dos cuernos que monté a Giovanni)
Se tomó un largo reposo y comenzó a escribir un libro sobre la infidelidad. Su madre le decía que había estudiado psicología para salvar el mundo, pero ese tema estaba aplazado, era algo que jamás se iba a remediar “es como tratar de explicar por qué las mujeres nos encanta hacer compras y gastar el dinero de la comida en un bello vestido” A pesar del consejo, ella seguía su búsqueda.
Camilo era un hombre muy discreto, amable y con mucho ingenio. Se conocieron en una fiesta a la cual ella no pensaba ir. Cuando se vieron no ocurrió nada en sus mentes, se tropezaron y él le echó el trago encima, ella se molestó al punto que casi le lanza una cachetada, pero luego al discutir un poco se dio cuenta que había sido su culpa, se excusó diciéndole al señor que ella estaba aburrida y estaba pensando en el último capítulo de su libro, por eso no lo vio cuando pasó. Él le ofreció algo para secarse, pero que se hallaba en su carro así que debía acompañarla y aparte quería ayudarla con su capítulo. Se rieron mucho con las locuras que él le planteaba y ella vio que a él le brillaban los ojos. Le comentó que le atraían las relaciones abiertas, pero que no había encontrado una persona que se adecuara a ese tipo de vida y que por lo contrario siempre atraía gente muy celosa y de mente muy cerrada, por  eso él no se había casado y estaba solo.
•          Sabes, algo- comenzó Gabriela- no encontré el remedio, creo que uno puede ser infiel siendo leal. El ser humano es un animal muy particular y creo que los cánones sociales nos han limitado nuestra naturaleza. El hombre puede ser leal, así le sea infiel a su pareja, cuando respeta a su pareja,  evitando engañarla y ella debe aprender a olvidar los prejuicios. Yo tengo un amigo que con su esposa mantienen una relación abierta, tienen relaciones por fuera y son muy felices. Deben estar muy claras las personas que inicien ese tipo de relaciones, no se deben involucrar más de lo normal y saber con quién se reúnen, no vaya ser que ocurra como la película, que la amante se creía la esposa y luego quiso matarlos a los dos.
Gabriela, entró al supermercado y se encontró con el vecino Alejandro que le había regalado unas flores en secreto en su cumpleaños el mes pasado, fantaseo un poco como era normal, esta vez fue en el ascensor y apretaba el cuerpo contra el suyo, sintiendo sus durezas por debajo de sus pantalones. “Es normal fantasear” le decía su mejor amiga que tenía 10 años más que ella. Se había permitido hacer eso, sobre todo porque Camilo le encantaba, quería imaginarse cosas con el vecino, además por su juventud era un chico muy despierto que la veía siempre con deseo. “Serían ideas mías?” No importaba, si le regalo esas flores el mes pasado… tal vez fue Camilo y firmó como él. Quién sabe...Cuando estaba por la sección de los víveres, ella sintió su perfume, él le sonrió discreto y la miro de arriba abajo “fue muy seco- dijo-“. Ahí mismo estaba su novia Fabiana con el carrito lleno de comida light, cereales, leche descremada y galletas integrales. Gabriela se vio el cauchito que sobre salía del blue jean, ese que a Camilo tanto le encanta morder y fue a comprar un pan integral y a dejar el queso amarillo en la vitrina para coger una ricotta sin sal. Olvidó el episodio pero antes, tenía que contarle a su marido lo que había sentido y de seguro él le preguntaría si se había excitado con su mirada…
En la noche, la cena estaba lista. Eran las nueve de la noche y estaba aún sola en casa. Tenía un poco de ansiedad por su marido y aunque había aprendido a dominar los celos, quería a su hombre de vuelta. Hace 4 horas se habían llamado y ella por supuesto le había contado el episodio en el supermercado, el muy gustoso le preguntó si le había gustado la mirada del joven en su blue jean que se le marcaba la entrepierna un poco, ella le describió lo que se imaginó luego que salieran del supermercado, él la estaba esperando en el ascensor,  le diría que su novia lo estaba esperando arriba con el mercado y que tenía tiempo de estar con ella un rato dentro del ascensor. Camilo se excito y le preguntó si ella estaba mojada, luego le dijo algunas palabras obscenas a su esposa y le ordenó que se tocara que quería oírla, él también estaría haciendo lo mismo en el baño de la oficina.
Luego trancaron la llamada y él le dijo que tenía un asunto pendiente que con todo el gusto llegaría a más tardar a las nueve, que la amaba mucho y que era muy feliz.
Gabriela se acomodó en el sillón a leer un rato libros técnicos sobre Freud y Jung, para plantearse  lo que daría en su clase de alumnos de pregrado en la universidad al día siguiente. De repente una curiosa puntada le dio en el corazón y se le aceleró. Siempre sentía a Camilo, antes que pisara la entrada de su casa, era como si su alma estuviera en su cuerpo y viceversa. Cuando se casaron prometieron contárselo todo, aprendieron a sentirse a comunicarse a través del pensamiento, a analizarlo todo sobre sus sensaciones tanto al comer cosas nuevas o al hacer el amor. Siempre andaban haciendo locuras que jamás ningún ser humano normal haría. Eran amigos y cómo unos adolescentes hacían travesuras en la calle, fingían ser desconocidos encontrarse en un bar y bailar toda la noche, tocarse como si fuera la primera vez y volver cada uno por su lado a la misma casa, ella en taxi y él en su carro, para luego devorarse sin piedad.  
Camilo entró con una botella de vino. “Amor, estoy súper cansado” podemos cenar y dormir? Ella estaba muy caliente y él lo sabía, cuando se llamaban y se tocaban a distancia Gabriela podía pasar todo el día excitada, pero no importaba, entendía a su marido y cuando ella tenía muchas ganas, ella sabía como convencerlo para que le hiciera acabar muchas veces. El marido le brillaban los ojos, la beso y la abrazó fuerte. Como si tuviera tiempo sin verla, como diciéndole: “eres la mejor de todas, no me abandones”. Gabriela que lo conocía tanto, sabía que había hecho, habían creado juntos códigos para entenderse mutuamente. Ella lo abrazó tras muchos te amos de parte de su marido, ella le preguntó:
·         Cómo era la chica?
·         hermosa, joven, estaba muy buena…
·         mmm.. pero?
·         Muy idiota.
Ambos rieron.
·         Cuéntame. Le gustó a ella.
·         Mucho,  a mi también. Me gustó mucho como me hizo el sexo oral.
·         No hables así, dime cómo te la chupo… así es que me gusta que me hables.
Y siguió describiéndole el episodio, veía como su esposo se emocionaba,  le había prometido grabar un video corto en su celular para enseñarle a su mujer como gritaba la chica. Eso excitó mucho a Gabriela, le pidió que no parara, mientras comían ella lo escuchaba y lo entrevistaba, él aún se sonrojaba, pero le encantaba cumplir las órdenes de ella. Luego al ver que ella no hacía nada y al percibir que lo estaba llevando a un estado máximo de locura, se levantó de la mesa la agarro por la mano casi a rastras y la tiró en el mueble de la sala “Me vas a matar con esa mirada que tienes, de cómo te gozas que me tire a otra mujer, estás loca”  “Amor, dijiste que estabas cansado, yo sólo pregunté” El le tapó la boca suavemente y se la besó, con muchos te amo intercalado. “Imagina que soy el vecino tonto ese que te mira, el que tú crees que te envía flores” Gabriela sonrió y le dijo que no quería imaginarse nada, que esta vez quien gobernaba su mente era él, su marido.  Se amaron ferozmente, luego terminaron en la cama cansados y al rato se quedaron dormidos. Al día siguiente no hablaron del asunto, como todos los casos eso moría el mismo día y pasaron una semana sin fantasear ni desear a nadie, pero no tardarían en repetir las locuras hasta las vacaciones. Esta vez sería en Paris.

viernes, 18 de diciembre de 2009

La Princesa que quería volar


Hacía ya bastante tiempo que Rosella no tenía sueños, sino pesadillas. Una mañana despertó y detestó repentinamente el lugar donde había pasado sus 18 años de vida. - Parece que a la niña la cambiaron por otra- decía Lady Desdemona, tutora y casi madre, que durante esos años la había educaado en lo que No era ahora.

Ese mismo año le tocaba recibir su Regalo Real y como parte de la tradición ella debía escoger el principal. Cada miembro de la familia le tocaba algo específico y eran las cosas que le tocaría usar al momento y después de recibir el trono. Su tía Amanda le tocó todo el Ajuar Real: vestidos, accesorios, zapatos, diademas, etc. A los miembros hombres, algunas joyas, libros, viajes, gastos de educación, entre otros. Al Rey le tocaría regalarle sólo lo que "ella pidiera" y casi siempre era el regalo más costoso o bien el más simbólico. Este regalo era SU CORONA.

18 años de vida- decía- y no sé como es el mundo. Rosella, pensaba que sus pesadillas eran soñar con las personas en sus casas reunidas, amantes desnudos contándose sus anécdotas del día por la noche, mujeres en el río lavando la ropa, los hombres sucios trabajando a pleno sol y comiendo en viandas que sus mujeres les llevaban envueltas en telas para conservar el calor, un niño jugando con su cuerda de saltar, una anciana contando cuentos alrededor de una fogata o una gitana bailando frente al mar con monedas de oro colgada en sus caderas. Cada noche temblaba de miedo pensar que volvería a soñar con esas cosas desconocidas, pero que en el fondo le asustaban mas por la idea de no alcanzarlas que por lo distinto a los parámetros inculcados durante su existencia. Durante esos meses su Tía había llamado a los mejores especialistas, en total Secreto Real, para tratar su caso y sólo concluyeron en que era nervios y estres pre-coronación.

Muy sabiamente, Lady Desdémona, la envió unos días a la Villa de los Jornaleros, para que tomara aire puro, se alejara de las presiones del Castillo y conociera otras formas de vida. Allí entendió por supuesto que sus pesadillas no eran terroríficas o no eran malas como le hacía ver su familia. Llegó a la estancia y se acomodó en su habitación, que por insistencia casi enfermiza, Rosella pidió que fuera la más pequeña- aun así tenía 10 metros menos que su habitación del Castillo-. Reposo un rato, se puso ropa sencilla y salió a caminar, no sin antes decirle a sus cuidadores reales que la dejaran sola con los empleados de la Villa y su gato Gunter.

Se quitó los zapatos y sintió la hierba húmeda en sus pies, cosa que la excitó enormemente. Caminó por la parte de atrás del jardín y divisó una pequeña casa -tan pequeña como una cocina de un castillo- y vio su primer sueño: era una fiesta en donde la gente humilde comía, bebía y danzaba una melodía muy alegre tocados por instrumentos rudimentarios. El primer impacto la asustó pero aunque quiso entrar, se dedicó a escuchar todo lo que hablaban y sobre a sentir todo los olores de la leña y la bebida derramada en el piso. Luego huyó cuando un joven la descubrió mirando por la ventana y se fue a un establo que quedaba a 15 metros de la casa. Se metió dentro y descubrió a los amantes, fumando y conversando con risas a la luz de las velas y sin ropa. Ya estana oscuro y se metió en su casa a descansar. Esa noche decidió no bañarse.

Al otro día, desayunó con los empleados y les pidió que conversaran como si ella no estuviera alli, quería aprender de ellos, sus gestos, sus risas, sus maneras. Al terminar su desayuno siguió a una mujer al río, y vio como se encontraban con otras mujeres que cargaban cada una una cesta de ropa que irían a lavar y mientras lo hacían cantaban hermosas canciones a coro, las cuales, no se llegó a aprender. Era su segundo sueño. Una de ellas calló y se levantó azorada y Rosella por supuesto también la siguió. La campesina se quito el delantal y sacó un saquito, le llevó la vianda a su marido que trabajaba en el campo, esperó a que el comiera, le dio de beber vino y el cariñosamente le dio un beso en la frente y una nalgada, ella mostrando su escasa dentadura sonrió y se sobó el trasero, mientras se iba.

Pasó la noche y se fue al pueblo donde había un camino hacia la playa. En la arena un anciana contaba cuentos en la fogata, cosa que la hizo llorar. No se imaginaba las cosas increíblemente hermosas y sencillas pueden rodear la vida de un ser humano... la música comenzó a sonar y la gente sin saber quien era Rosella la invitó a danzar. Un guapo gitano le colocó un caderín con monedas y la sacó a bailar... No había bailado ninguna melodía tan rápida, aun así supo darle a los pasos y siguió bailando hasta que amaneció... De repente sintió en su nariz un pañuelo olor muy fuerte y calló inconsciente.

Cuando despertó estaba en medio de una cama enorme en su habitación y las nodrizas comentando- "Fue una desgracia lo que le sucedió a Milady, su cabeza rodó..."-"... a mi me parece que fue una mala idea, las princesas deben estar aquí... en su sitio..." - "... Pero lo de la fogata fue la gota que rebozó el vaso... " "Y que le dirán a todos...?" - "..Va ser imposible quitarle esas ideas a la pobrecita..." -Esta corrompida... conoció el mundo..." - "Pero la desterraran?- "No, sólo la darán por loca y se acabó"- " Es decir, no la podrán coronar...."- "A menos que le pida al Rey como Regalo Real, su CORONA, asi demostrará que se le olvidó lo demás". "Pobrecita Rosella"- "Ojala reaccione"

Sin dedicatoria





sábado, 10 de octubre de 2009

NOCHE FLAMENCA



Elvia, llegó al Aeropuerto de la ciudad de Buenos Aires, en un vuelo interminable que había hecho escala hasta en el Machu Pichu- por exagerar un poco. Mientras aterrizaba minutos antes, se preguntaba por qué no le había hecho caso a su conciencia y avisó a Fernando Valencia que vendría por fin a su país y que deseaba verlo. Pero enseguida tomo su cartera y su maleta de mano y salió por el pasillo que llevaba a identificación. Estar allí borró cada pensamiento y inmediatamente olió el ambiente- "quiero saber cómo huele esta ciudad" así le dijo a un hombre que conoció en Lima. Era la primera vez que salía de su país y estaba extasiada, pronto su conciencia caería en cuenta del grupo que la estaba esperando y comenzó a buscarlos. Se acordaba de la cara de Fedora, la cantaora del cuadro y Rico el guitarrista cubano que la llamó a su celular antes de venirse:

- Casi no va haber tiempo de nada, tenemos el show en dos días. si hubiéramos tenido más plata ensayamos una semana antes y tú conoces más la ciudad, pero así es aquí, la cosa está difícil- le decía Rico muy rápidamente, en un acentico entremezclado entre el cubano y un argentino aflamencado algo extraño.

La chica de 28 años de edad se sentó en un banco del aeropuerto a descansar y a ver si los veía, pero pasó media hora y no llegaban. Un momento de desesperación la invadió y fue a llamar, no encontraba el número y recordó que lo guardó en el celular, que no le servía para nada allí, pero al menos tenía varios teléfonos de gente conocida viviendo en ese país, en caso de no encontrarlos: el de Gustavo Fuenmayor, un compañero del colegio que se casó con una argentina y trabajaba como chef, la tía de una prima por parte de su mamá, pero ella estaba de viaje, Gina, una ex compañera de trabajo de su primo Arturo, Carlos y Bernarda una pareja que vivía a las afueras de la ciudad y por supuesto Fernando Valencia... el amor de su vida.


Se detuvo a recorrer número por número, hasta que pensó en llamarlo y se dijo a sí misma "si no lo hice cuando me vine menos, ahora". Ambos habían tenido cuatro discusiones casi constantes por chat, debido a muchas tonterías, entre esas él se estaba apartando de ella por otra mujer y ella no se decidía a dejar a su amigo Vicente que conoció un año antes de enamorarse de Fernando, por sentir una estabilidad- De todas maneras, yo coloque mi estado en la página del Facebook que me venía para acá a bailar y en el estado del chat. Que me escriba si le interesa verme... y si no lo ve? mejor lo llamo... que puedo perder.

Al levantarse, un acento extraño, ahora más elaborado sintió a lo lejos: Chee, guapaaa... ELVIA?
A la chica se le olvido todo, volteó y después de buscar con la mirada de donde venía el sonido vio a Rico con un jovencito imberbe, que al verlo bien era el de la caja: Mario, hijo de Rico y de una argentina llamada Ana. Con una gran sonrisa abrazaron ambos a Elvia que estaba muy agitada de tanto esperarlos.

- A dónde ibas tu?- ahora si mas cubanito-

- A llamar por teléfono…

-Perdona el retraso, creo que hubo una confusión en la hora, menos mal que Anita me recordó

-Bueno estaba pensando pedir asilo en la embajada de mi país, mientras que aparecieran.- rieron-

-Tranquila, linda, ya llegamos al rescate... pero ven, dame esa maleta- en seguida la tomó- uy pero que peso mujer! que llevas aquí otras bailaoras?

- No, como 4 pares de zapatos de baile, más dos mantoncillos y mucha más ropa, regalos...

Se fueron caminando hasta la salida, donde le esperaba el carro de Rico. Estúpidamente, mientras metían su equipaje en el auto, Elvia recorría la mirada por los demás autos y personas que estaban en el lugar a ver si veía algo conocido.


- Epa, Elvia… “esperás” a alguien?

- No!!... vámonos... hace calor!


Mientras, iban camino al Tablao Gitanos de la Morería, Elvia observaba la ciudad y recordaba las palabras de Fernando, lo que le había dicho hace unos cuatro meses apenas.

"Cuando vengas a argentina, yo te busco al aeropuerto y te quedás en mi casa no permitiré que te quedes en otra parte... cuando vengas te trataré como una reina"


En seguida el dicharachero de Rico interrumpió su pensamiento con muchos cuentos del lugar donde bailarían, al mismo tiempo que tenía a todo volumen un disco de Duquende con unas bulerías estruendosas. Por lo que el cubano gritaba un poco.

- Mi casa está llena de gente, bueno, Ana tiene muchos hermanos y veranean en casa, que te parece. Por eso te llevo al Tablao que hay un hostal que les pertenece a ellos, es como un hotelito pequeño, la idea es que cuando vengan artistas de fuera se quedan ahí... oye que bárbaro, el Cigala, no?

-Papá ese no es Cigala- replicó el hijo Mario que sin detenerse estaba golpeando la guantera del carro marcando el compás, como si la juerga aun vivía en ellos aun durante la vida cotidiana.

- Es Duquende- rio Elvia- Es el sucesor de camarón de la Isla, eso dicen...


- Claro, pero se parecen o no... - dijo Rico- bueno, Elvi- una manera muy argentina de llamar por el diminutivo a las personas- Elvi, como te decía, cuando yo llegue acá, de Cuba, me quedé en este hostalito…es muy lindo, lo han acomodado un montón... yo no tocaba nada de flamenco y me quedé ahí a pesar de todo, con un amigo que conocí en el aeropuerto... yo tocaba en el conservatorio de la Habana, daba clases, estudie 10 años guitarra, piano y celo , solo un poco. El amigo mío Mario Giannetti- es por eso mi hijo le puse Mario, por él- me consiguió trabajo en un restaurant latino y daba clases de salsa y a veces tocaba guitarra en algunos grupos... en la noche me bebía unas copas al lado de mi hostalito y allí tocaban flamenquito un cuadro ahí…“medio -medio”... con Fabián "el Chungo" un guitarrista de los primeros que llegaron al tablao, el me enseñó y que Dios lo tenga en la gloria al maestro.


- Es que de verdad, ustedes echan pa ´lante en cualquier lugar del mundo. Bueno, yo tenía dos años sin bailar... estaba muy mal de salud, no por bailar sino por haberlo dejado- se escucharon risas de los tres- Y comencé a bailar de nuevo... y quise formar mi propio grupo... quiero venirme a vivir acá, todo depende cómo me vaya y si puedo vivir del arte, de dar clases, lo que sea. Pero haciendo lo que me gusta.


Llegaron al Tablao de la Morería, un famoso restaurant de comida española muy visitado y con el mejor tablao de Buenos Aires, una amiga de Elvia había bailado el año que pasó en primavera y le había recomendado con el dueño. No conocían el arte de las venezolanas muy bien pero Elvia estaba dispuesta a sorprenderlos a todos. No era tonta, había revisado videos de las bailaoras de allá y había analizado el estilo. Ella estaba dispuesta a dar el alma y mostrar sus atributos y su estilo particular muy gitano y desenfrenado.


Las únicas personas que habían visto el material de Elvia había sido Fedora y le había encantado. Pero Rico andaba un poco decepcionado de la actitud melancólica de Elvia y lo poco conversadora que era- tiene una cara fenomenal y una cola grandísima, muy gitana, espero que no sea tan sosa en el baile-

Elvia llevaba una camiseta negra una bufandita de colores rojos, amarillos y naranjas y una falda larga ajustada hasta el comienzo del muslo con flores grandes del mismo tono de la bufanda en un fondo negro. No muy maquillada y el cabello suelto enrulado.
Habían llegado a su habitación a las 3:00 pm y ese mismo día a las 7:00 pm había ensayo con el cuadro completo, otro guitarrista argentino, Marcelo, un bailaor llamado Chacho y María del Mar que a veces bailaba con ellos. Elvia tenía ganas de dormir, pero estaba muy ansiosa, una vez sola, sacó el equipaje, colocó todo ordenado en el closet y ordenó por tonos sus pares tacones de baile. Antes que nada, sacó su mini laptop y colocó la música que bailaría... había preparado unos 5 bailes de los que tendría que escoger al menos 3, más las rumbitas que son improvisadas y sevillanas que siempre siguen un mismo esquema.
Enseguida se conectó a internet a ver si algo pasaba. Y colocó su estado: Ya en Argentina, a bailar este fin en el Tablao de La Morería.....!!!!

El ensayo terminó casi a las 9 de la noche, el salón quedaba cerca del Tablao y era una sala enorme, salieron a comer algo con todo el grupo y a beberse unos vinos. Elvia estaba agotada, el bailaor no fue al ensayo por lo que dudaba mucho que hicieran un dúo de las guajiras, estaba molesta pues mandó a traer el pericón-abanico de baile- de España y le había costado unos 15 euros. Chacho era de esas personas que no sólo creía sabérselas todas, sino que era esos tipos de bailaores que odiaban ensayar y preferían salir al ruedo con lo que tuvieran. Y lo peor era que lo hacía muy bien. Ya ella había trabajado con algunos bailaores así y era muy desagradable, encontró la ausencia de Chacho un acto de divismo muy estúpido. Por otro lado, con el cuadro en general se había sentido muy bien, habían cuadrado algunos bailes, les gustó mucho en general, Los tangos flamencos, las alegrías y las soleares, pero mucho más los tangos, así que habría que escoger. Las guajiras y los fandangos quedaron a la espera por la ausencia del bailaor.

Al día siguiente se despertó cerca de las 10 y media, salió a la calle a recorrer un poco mientras hacía tiempo para cuando vinieran a buscarla para almorzar y ver un poco el espacio. Ensayarían en la tarde ese día en la sala y luego en el local, ya que esa misma noche serían los dos shows. Desayunó con un jugo de naranja, se fumó un cigarrillo… y escuchaba flamenco por su iPod, sin estar pendiente nada. Cargaba el teléfono de Ana que le había prestado mientras tenía el suyo con el número de Fernando a la vista.

Finalmente, llegó un mensaje de Fedora: ya vamos por ti en una hora, linda. Regresó caminando al hostal y se dio un buen baño. Preparó su bolso, se conectó en internet, encontró conectada a su madre, charlaron un rato muy emocionada y le contó del ensayo. Revisó el Facebook y encontró como 10 comentarios en su estado: “Que bien…Mucha suerte por allá”/ Amiga… que éxito… te deseo lo mejor, tomas muchas fotos/ Felicidades, por ese alcance en tus metas… tráeme algo lindo de allá/
Entre otros muchos comentarios se sumaban por horas excepto alguno de Fernando. Se conectó Maya una amiga de ella que sabía su historia con el argentino y ella. Y le dijo: Tienes dos opciones, tragarte tu orgullo y llamarlo y decirle que quieres verlo o no llamarlo y dejar que el destino decida qué pasará. Y sabes que cuando uno hace eso, las cosas casi nunca salen como uno quiere. Si no lo llamas quizá se ofenda, sabes lo que te costó reunir para este viaje, no lo desaproveches, así no tengan nada por lo menos que te vea bailar y se quede babeado por ti.
Pensó bien y sólo le mandó un mensaje… “Hola soy Yo Elvia, lee mi perfil de la página… espero que estés”

El segundo y tercer ensayo fue menos pesado, se montaron unas lindas Guajiras a dúo con un flautista que se sumó al montaje gracias al Chacho, quien quedó prendidísimo con el porte de Elvia, tan latino y tan gitanito a la vez- pero su mente ya no hace falta que le digamos en donde la tenia- así que no le hizo mucho caso. Se fue a su habitación, se dio otro buen baño y se empezó a acomodar. Iba a usar cuatro trajes, dos para cada show, había llevado uno más por si acaso y se decidió rápidamente. Se maquilló de una vez y se fue, antes repasó algunos pasos, calentó pies, se relajó y le mandó un mensaje a Fedora: “ya estoy muy lista y ansiosa”. Bajo por las escaleras, que daban a una puerta que llevaba a un pasillo largo y allí la parte de atrás del Tablao y luego a un saloncito con espejos como vestier de los artistas. Había refrigerios, agua, una botella de vino y estaba la chica de las palmas, el cajista con una novia que no era bailaora, al rato llegó Rico, que iba a presentarle a su esposa Ana y pronto se iría a la barra a esperar al cuadro. Fedora llegó con el otro guitarrista y comenzaron a calentar la voz. El dueño del Tablao un italiano muy simpático, la fue a saludar y le deseo mucha suerte en el show, le trajo una botella de champaña, de la más barata pero era un buen gesto.





Comenzó el show cerca de las 10 pm, con unos fandangos, Comenzó María del Mar con el primero, luego Chacho y finalmente Elvia. El local estaba lleno, como todos los viernes en la noche. Fedora cantó una canción muy linda inspirada en las coplas antiguas españolas por bulerías, pero más lentas. María del Mar bailó unas alegrías y Chacho con su hermosa farruca propia de su temple.
La Guajiras quedarían para el show de las 12 de la noche. Y Elvia ensimismada en el show, no pensó en más nada sino en su baile: La Solea por bulerías, llevaba un vestido negro con lunares amarillos y sus tacones del mismo color amarillo y una flor negra y amarilla… su alma se fue saliendo de su cuerpo y llegó el momento de dejar de ser Elvira y prestar su cuerpo para la bailaora- como decía ella siempre- Rico hacía la intro y la veía, no se había sorprendido mucho en el ensayo, ella se había dado cuenta de lo que pensaba de él así que metió pasos distintos e improvisó en la llamada… por supuesto al entrar la segunda letra y pegarse a las bulerías lo hizo aún más largo, y se dio la tarea de desesperar a Rico, cosa que no sólo logró su admiración sino un buen reposo al día siguiente.
Los aplausos fueron fenomenales para el baile que duro casi los 10 minnutos. Elvia la bailaora, aun reposaba en ese cuerpo sudoroso y caliente que latía y se ruborizaba de la alegría de estar en ese escenario. el primer show terminaba con una improvisación de una rumbita bien alegre en donde invitaban a la gente a subir al escenario. Por un momento Elvia ya más conciente comenzó a ver por primera vez al público y a buscar caras conocidas. pero un gesto de Fedora la volvió en si de nuevo.
Se bajaron del escenario, y se fueron a la sala a cambiarse las chicas y los músicos a tomarse un trago. Rico no evitó abrazar a Elvia, diciendole al oido: Te confieso que no daba medio por ti, por esa actitud tan sombria que tenías, pero con este show me quedé sin habla.....desde hoy te bautizo "La Bruja"... Elvia Sanchez "La Bruja"... quedamos hechizados todos...-
Elvia muy callada, se tomó casi media botella de vino ella sola, la champaña la repartió a cada uno y estaban todos alegres hasta ella se animó un poco y comenzó a bromear con los del cuadro. enseguida llegó un ramo de rosas rojas la sala de los artistas con una nota, que decía: "No puedo ir a verte al tablao, pasaré el fin de semana con Julia... que te vaya muy bien esta noche, te quiero"
-Fedora la cantaora vió su cara y le nombró, es el boludo ese? que no viene por que se queda con su amiga...
- Claro, yo de tonta no le llamé
-Tonta no querida, él sabía que vendrías... no me contaste que todos lo saben.. pero che Elvia, no te pongas asi... ve tranquila, es más no será la ultima vez, el dueño dijo que te quería aquí en el mes de Julio y pues quien quita que te quedes más shows. Nos gustas mucho, se trabaja muy relindo con vos.
- Gracias Fedo y bueno... al carajo, como decimos allá en mi país.
- Venga ya!!"
Rieron y se emborracharon un poco, antes del segundo show.
El local estaba lleno, muchas mesas las rodaron hacia adelante para apreciar mas el show. Alguien había dejado una rosa en el asiento donde le tocaba esperar a Elvia su baile, ella de la puerta de salida la estaba viendo. Los músicos subieron al tablao y comenzaron con un instrumental montado en la tarde con la flauta, era una canción que ella siempre colocaba en su casa para calentar en los días de más soledad. No pudo evitar relacionar esa rosa, con la ausencia de Fernando, los largos días en que hablaban y se veian por cámara y se prometían tantas cosas. entraron las Guajiras y Chacho tomó de la cintura a Elvia y le besó en los labios deseándole suerte. La sensación fue extraña y le gustó mucho ese beso. Al menos esta noche seguramente habría pasión como ella tanto había imaginado pero no con la misma persona.- Da igual- pensó y salió ella primero.
Guaijras

En el descanso, Elvia se sentó vio la rosa la tomo y la olió por un rato... se olvidó por un momento de los que pasaba en el tablao y de repente soltó una sonrisa. Recordando las bromas y el sentido del humor que caracterizaba a Fernando. Subió la vista y a lo lejos estaba él tomandose una copa y extasiado viendola y así se mantuvo hasta que le tocó bailar unos tangos flamencos, mientras el Rico la anunciaba ya como Elvia "la Bruja". siguió bailando, como debía, no por estar su amor en ese momento debía cambiar, simplemente dejar la conciencia a un lado y hacer su arte como mejor sabia. Terminaba el show y por una fiesta por bulerias terminaron todos en un gran alboroto seguido de gritos y aplausos del publico, mientras en fila uno detras del otro iban bajando.

A la mañana siguiente Elvia amaneció con Fernando, que insistió en llevarla al día siguiente unos días a su casa. Pero ella no aceptó, pues, debía bailar esa noche y luego irse rápido a su país que la esperaban otros compromisos. Ni siquiera aceptó esa noche quedarse en un hotel con él sino en su mismo hostalito, acogedor y cercano. Tenía ensayo a las 5 de la tarde. Pasaron el día juntos muy tranquilos y se dieron cuenta que la vida de cada uno pertenecía a espacios y momentos distintos. Elvia no cambiaría su vida allá y él ya estaba comenzando otra al lado de Julia. En el comienzo del invierno, Elvia volvió y se encontró con Fernando en la ciudad, esta vez lo aconpaño a su pueblo paso dos días y se regresó. Cuando le tocaba bailar se veían en Buenos Aires, hasta que en un par de años, le tocó irse a vivir por los compromisos que había adquirido en ese país soñado. Ya no se veía con Fernando y ahora era Chacho que comenzaba a ocupar ese lugar. Su amigo en Venezuela, no la siguió por lo que la relación se terminó.

ELVIA "la Bruja "seguia triunfando en otros países con su compañero y amante el Chacho, y regresaban a principi0 de año a dar clases en su nueva Escuela de Baile.

PD: EL VIDEO ES TOMADO DE UNA VENEZOLANA LLAMADA DERLY RAMIREZ LA POLVORILLA... todos los personajes y fotos han sido tomados para recrear la historia..asi como el video. Espero les haya gustado

martes, 5 de mayo de 2009

La Noche del Fuego... Otro feliz encuentro!! (parte I)


La noche de Beltane era mi noche. Tenía que prepararme desde antes del amanecer levantándome de mi cama sin poner resistencia a las cuatro y media de la mañana. El ayuno no terminaba sino hasta dentro de dos horas, que era cuando podía comer solo frutas de estación y agua pura del lago. Las doncellas del templo ya habían llegado a mi habitación para la bañada que debía ser de leche animal o vegetal, algunas escencias y flores de varios colores. Me quite la ropa de dormir que era una manta de gaza transparente y delgada de color marfil; dos de las mujeres me quitaron las trenzas para poder desenredarme mejor el cabello, luego lavarlo y perfumarlo. Mientras estaba dentro de la tina, llegó una joven morena y descalza con mi desayuno. Comí desesperada, no me había percatado del vacío de mi estómago hasta que vi aquellos manjares en la cesta que traía la chica, no podría estar mejor.

En seguida recordé el ritual para lo cual me habían preparado desde la entrada de mi pubertad hasta esa noche, había estudiado desde niña todas la artes de la magia, los secretos de Madre Tierra y por supuesto el amor a la Diosa. La noche de Beltane o del Fuego Sagrado sería más que una iniciación, estaba contribuyendo al curso de la naturaleza y prestando mis energías para mover el universo a favor de nuestras mujeres brujas y los hombres guerreros de nuestro grupo. Mi virginidad seria entregada a un guerrero que también sería iniciado para la vida. Yo representaría a la Diosa, joven, virginal, doncella, fértil y el guerrero seria el Dios joven curioso y sediento que debe poseer a la doncella para cumplir con el ciclo de la vida.


La Sacerdotisa mandó a buscarme para que me llevaran al altar donde mora la estatua de la Diosa. Estaba en un terreno circular en una montaña que se observaba desde el ventanal de mi habitación y que se debía llegar subiendo un montón de escaleras de gruesas piedras color grisácea con algunos toques de verde por el musgo. De por sí, el templo donde vivíamos las aprendices eran muy húmedo y brumoso, pero el olor de cada rincón, tanto natural como hecho por las antiguas sacerdotisas era realmente agradable, algo difícil de explicar con palabras pero olía a paz, a naturaleza, a vida.

Mientras observaba la neblina desde dentro que bajaba de la plaza del altar hacia las escaleras, ya las doncellas estaban terminando de untarme los aceites y perfumando mi cabello. Mi túnica aún estaba sobre la cama y mi mente estaba en blanco como me lo indicó la maestra; el olfato, el oído y el tacto debían estar activados a un cien por ciento para percibir lo necesario. Inclusive si me tocara salir del templo con los ojos cerrados tenía que ser capaz de llegar sin ningún problema, más sin embargo, no pude evitar sentir un poco de ansiedad vanidosa de colocarme mi nueva túnica roja elabora especialmente para la ocasión

La iniciada más joven se acercó con una bandeja pequeña que llevaba una velita aromática, un conito de olor a sándalo y un frasquito de tinta vino tinto elaborada con varios polvos secretos abierto con un especie de palillo con cerdas muy delgado. Mientras tanto me estaban colocando otra túnica muy delgada de gaza y colo marfil, para proteger mi desnudes. Había mucho silencio y se sentía el ambiente muy cargado de luz, me llevaron a una poltrona cerca del ventanal dónde había más luz y procedieron a marcarme con el dibujo sagrado. La iniciada se llamaba Gala y era muy hermosa, también llevaba tatuajes temporales en las manos y en la cara, pero solo en las mejillas cerca del área de los ojos. Sin decirme nada procedió a marcarme, las doncellas susurraban cosas en un lenguaje que aun no terminaba de aprender y se asignaban tareas: como tejer coronas, colocar frutos en cesta, velas e incienso

Mi rostro quedo casi todo tatuado, el área de los ojos tenían unos arabescos complicadisimos de imitar, a igual que mis dedos y la palma de mi mano. Gala había aprendido desde niña a elaborar ese tipo de arte que según la Sacerdotisa era un don que los dioses le habían cedido por varias vidas y por consiguiente su iniciación seria distinta a las otras doncellas. Cada una de las aprendices le correspondería una línea arquetipal, una diosa y un elemento: el arquetipal le daría la guía para el tipo estudio mágico al cual debía dedicarse; la diosa y el elemento le darían el tipo de iniciación, estos tres factores sumarían la misión en el Templo y marcarían su destino o para qué vinieron al mundo. Y Gala era del panteón de la diosa de las artes que igualmente era pura, así debía mantenerse y como todas nosotras su línea arquetipal era secreta, lo usamos para modelar nuestro camino mágico y entrar en un campo de ideas y pensamientos propios de nuestra personalidad. En el templo teníamos tradiciones que respetar, pero dentro de nuestro estudio cada aprendiz debía crear su sistema como un mundo aparte.

Finalmente me vistieron con mucho cuidado de estar segura que mis tatuajes estuvieran secos. Ya tenía la primera túnica de gaza igualmente de marfil estaba colocada y luego procedieron con la túnica roja. Una de las doncellas elegidas me puso la capa de una tela más pesada para protegerme de la densa bruma de la montaña. Ya eran las 10 de la mañana y ya debíamos salir a caminar un largo trecho, la sacerdotisa, dos ancianas y dos adultas iban delante, en el medio estaba yo con dos doncellas de mi misma edad que aun no habían sido iniciadas detrás de mi Gala con otras cuatro doncellas vestidas de varios colores muy llamativos. Las mujeres adultas de colores un poco mas oscuros, como azul marino, verde oscuro y mostaza. Las ancianas iban de negro y algunas niñas que nunca había visto que recién llegaban a la aldea, estaban de blanco y marfil. Subimos por las escaleras poco a poco, luego de atravesar un camino secreto que llevaba a la montaña, entonando una especie de canto afinado y monótono en una lengua antigua.


Al fin llegamos a la punta de la montaña, subimos lentamente durante quince minutos. Pasamos por un arco de piedras- que según la sacerdotisa más anciana, había aparecido en la cúspide y nadie había tallado nunca su forma- Caminamos otro trecho y llegamos al centro donde estaba la piedra. Nos colocamos el círculo para la Bendición del Fuego o la primera fase de mi iniciación que correspondía al día de Beltane una de las fiestas más importantes del año. Comenzada la ceremonia, ya trazado el círculo y con la presencia de nuestras deidades y atalayas de los cuatro punto cardinales con su elemento correspondiente, La Sacerdotisa comenzó con sus palabras:

Beltane, como Samhain, es un tiempo de no es tiempo, en el que los velos entre los dos mundos son muy delgados (y se pueden atravesar fácilmente no distinguíendose la frontera) y se produce una interrelación que da lugar a encuentros mágicos e inxeplicables. Es el tiempo en que las Hadas vuelven tras el descanso invernal, despreocupadas, risueñas y contentas y realizan bromas. La noche antes de esta fiesta, en los tiempos antiguos, la gente colocaba ramas de manzano en las puertas y ventanas de sus casas para protegerse de los hechos inesperados que ocurrían en aquella noche y que, a menudo, no tenían una explicación racional. En la Isla de Man, el miembro más joven de la familia recogía flores de onagra, la vispera de Beltane, y las esparcía por el suelo de la casa para asegurar la protección de la casa durante este evento. La comida que sobre de esta noche no debe ser ingerida y debe ofrecérsele a las Hadas. Si se sientan bajo un árbol podrán ver la Reina de las Hadas cabalgando en su corcel blanco u oír los cascos de su caballo cruzar las montañas durante la noche. Si esconden su rostro, la Reina pasaba de largo pero si la miraban, quizás las elegía y las llevara consigo.

Todas sonreímos y nos miramos a las caras, sobretodo las niñas mas pequeñas que para ellas era un juego el hecho de la historia. Yo estaba ansiosa quería irme a la cueva.

(Final parte I)

sábado, 18 de abril de 2009

O MAR

DEL AIRE AHORA ME SUMERJO EN EL AGUA
SIENTO QUE VOLAR ES MARAVILLOSO
PERO DEJARSE LLEVAR POR EL AGUA
ES MAS DENSO
Y DIVINO
MAR
MAR
O MAR
CIERRO LOS OJOS
ME LLEVA EL VAIVEN
ME SUMERJO
ME HUNDO
SOY TU ESCLAVA
TU SERVIDORA
SOY PARTE DE TI
HASTA QUE REPSIRO
Y NO ME AHOGO
ME CONVIERTO EN PEZ
O DELFIN
JUEGO
SOY FELIZ
O MAR
DESDE AQUI NO HAY IRA
NI MIEDO
NI ENFERMEDAD
O MAR
SOY FELIZ
MUY FELIZ
O MAR
O MAR
O MAR

martes, 9 de diciembre de 2008

EL ARO DE LOS DELFINES



-Pensé que nunca más escribiría sobre este tema. Pero como dice la canción de Johansen: "el círculo, da la vuelta y al terminar, la vuelve a dar"- hablaba Ana con Víctor mientras caminaban por el Jardín Botánico-
- No sé quién es Johansen.
-Bueno olvídalo, se que no te iba a gustar de todas maneras.
-Ah bueno.

El caminar era un impulso casi sin freno, había en sus pasos un camino jamás recorrido anteriormente. Sus cuerpos no se deseaban aunque recordaban perfectamente la cama, el techo, las miradas, las sensaciones, los olores y las atrevidas tretas amorosas en esa época hace más de doce años. Estaba la incomodidad de sentir que ya no se amaban, pero amaban el recuerdo que los hizo enamorarse por primera vez cuando apenas habían dejado de ser adolescentes. Respiraban más bien ese nuevo aire que por primera vez en tantos años no habían sentido, pues, tampoco se podría decir que eran amigos, no lo fueron nunca antes ni después de haberse separado.

-No escribas de mi, haz otra cosa- Ana omitió el comentario
-Te gustaron los delfines?
-Bellísimos

Hubo un silencio. Un suspiro, de no se sabe quién fue ni por qué.

-Yo no sabía si iba a volver a hablarte- dijo Víctor- pero siempre apareces en un momento que… es justo el momento en que necesito que aparezcas.
-La verdad no sé por qué lo hice, pero me acordé mucho de ti al ver ese video y te lo envié. Yo creo que es un karma, pero en el buen sentido de la palabra. Hay cosas que no están pero lo demás sigue ahí. Sabes? Es como la historia, los personajes ya no están…

-… Pero queda el recuerdo y el aprendizaje- interrumpió Víctor- eso me lo llevaré Ana a la tumba. Eso que pasó, ese amor tan intenso… que es arte, que es puro.
Ana no sintió desazón, como en años anteriores habría sentido. Era algo tan intimo de su ser, que no deseaba compartir con nadie. No le contaría siquiera a su mejor amiga Eugenia que se había encontrado con su primer amor de los 18 años. No, eso no lo entendería nadie, no podría describir las sensaciones que esta vez eran distintas.

-Sabes que, Víctor? Hace ya casi un año, cuando te mande esa misiva por correo, en donde prácticamente te negaba mi amistad, por el hecho de que te no querías que tu esposa lo supiera, lloré. Lloré por todo lo que me hiciste ver en esos días que hablábamos por teléfono y porque ya todo había terminado y no me había dado cuenta de eso y tu sí. No entendía cómo me pedías que fuera en secreto una amiga para ti, y te decía que eso no era ser amiga, que mis amigos y su familia compartíamos la mesa, los lugares, los hijos, etc. Hoy entendí algo.

-Qué entendiste- dijo Víctor sin demorarse mucho.

-Que quizá se pueda. No te busqué, eso queda claro. Dices que llegué en un momento, nuevamente, cuando más te hacía falta. Y te digo que sólo hasta el día de mi muerte entenderé para qué demonios nuestras vidas se cruzaron, pues nunca pudimos amarnos en libertad, no pudimos hacer vida juntos a pesar que fuimos hechos para entendernos y para ser amorosos uno con el otro encajando perfectamente en las cosas que nos gustan, cómo vemos la vida.

-Recuerda Ana que yo ten enseñé cómo ver la vida más allá de lo superficial, por eso armonizamos, pues fuiste como una alumna creada, moldeada hacia un mundo que no conocías y que yo te mostré.

-Creo que estoy entendiéndolo, desde un punto distinto. Sin desearte, sin añorar el pasado, ahora que entendí que no hay posibilidad, ni quiero que exista, ni lo necesito hoy ni mañana, ahora creo que estoy hiendo hacia un camino de entendimiento.
Caminaron y se detuvieron en un árbol. Por alguna razón no voltearon a verse. Permanecieron recostados del tronco sentados en una rama uno al lado del otro.

-Ana.

-Si Víctor, te escucho.

-Fui importante para ti?

-Podría escribir un libro con todas las posibles respuestas.

-Pero no, no quiero cosas elaboradas, sé que eres muy creativa, pero deja al lado esas formalidades y dame la respuesta concreta.

-Deseas un sí o un no, como respuesta? Rió un rato de nerviosismo.
En ese momento se acercaba alguien al parque, ambos oyeron las hojas secas pisadas por unas grandes botas. Sólo oyeron la voz de un guardia diciendo: recuerden que a las cuatro cerramos se les agradece desalojar antes, gracias. Ana, no se apuró en responder.

-Bueno, Víctor. Si lo fuiste, y tanto fuiste que me faltó mucho. Sentí que no fue suficiente, que me hubiera haber hecho más vida contigo. Me quede corta. Incluso me hubiera gustado darte un hijo.

-Yo también pensé una vez en esa posibilidad, sabes. Pero bueno ahora, tu también harás tu vida, tendrás hijos como yo los tuve, vivirás tu vida con esa nueva persona. Y podrás hacer todo lo que quieras con él.

-Claro que si.

-Eso me tranquiliza, Ana.

-Qué cosa?

-Saber que al menos fui importante para alguien y más para ti que no fuiste cualquier persona. Y me alegra hablar así contigo.

- Me alegra a mí más que haya superado todo. No fue fácil. Me duró doce años entenderlo. Y bueno, no me molesta ser precursora de un pequeño trozo de alegría en tu vida. Tengo una deuda contigo, te hice infeliz en un momento. Rompí con la pureza de amor que moraba en ti. Yo por mi parte estaré ahí para escucharte y hablarte.

-Eso es bueno saberlo.

-Además entendí que sí, que uno debe tener rincones en donde los demás no participen. Podemos ser amigos sin hacerle daño a nadie, pero amigos para nosotros. El mundo no debe enterarse que Ana y Víctor son amigos, pues compartimos un sentimiento que solo tú y yo sabemos cómo hemos llegado a sentirlo.

-Fue un proceso de evolución, de muchos años. Y tienes razón al decir que es un tesoro. Es cómo el aro con quien juega el delfín, entre ellos hay una relación tan íntima y secreta, que sólo ambos saben por qué están ahí. Sólo ambos saben cómo se produce, sólo ambos conocen el tiempo el espacio, en el que puede habitar y disolverse.

-Eso, y a veces cambiamos de roles… a veces tu eres el delfín y yo el aro… y así.

-Desde luego, Ana. Y sabes por qué es perfecto ese juego de roles? Porque no hay intensión.

-Intensión. A qué te refieres con eso de intensión.

-No hay intensión de nada más. El aro es el aro y el delfín lo conoce tanto como a él mismo y el aro se deja llevar y sabe cuándo culmina su ciclo. Es una relación un tanto inconsciente.

- Por primera vez no quiero buscarle intensión a esto.

-Esto es sólo una conversación. Aquí tampoco existe una relación. No somos amigos, tampoco mi querida Ana.

-Es algo abstracto, pero tienes razón y lo entiendo. Es difícil llegar a este nivel de entendimiento. Y sé que si lo escribo como un cuento, será un fracaso.- echó una discreta carcajada.

-Seguro o quizás no- se rió junto con ella-

Estuvieron riéndose por largo rato. Recordando algunas cosas vagas, anécdotas insignificantes, que quizá eran más importantes, pero no demostraban que si lo era. Ya veían el mundo de otra manera o quizá, más que verlo lo percibían. Ana de vez en cuando suspiraba y él a veces sentía el impulso elogiarla en cantidades, pero no lo hacía. Los silencios decían tanto y a la vez ella le agradecía por haberla enseñado a percibir esos sonidos de la nada. Se adivinaban. Eran como unas almas viejas y llenas de tanta sabiduría por el camino recorrido, que ya las pasiones y sufrimientos habían sido dejados atrás. Hubo aquella tarde, un despertar necesario en sus vidas- al menos Ana lo vio de ese modo. Sólo dijeron lo necesario y ambos quedaron conformes.

-Ya son las cuatro.

-Si salgamos de aquí. En la puerta nos separamos.

Ambos tomaron sus bastones. Ana tenía lentes y Víctor su perro guía. Él la tomo del brazo y ella tanteó el terreno con la vara hasta que sintió el camino asfaltado que conducía a la salida. Se sabían el camino de memoria: el camino recto hasta dar una curva que dobla hacia los aromáticos árboles frutales de naranja y limón, siguiendo a la derecha donde el sol pega más fuerte porque ya no hay tantos árboles y unos escalones que dan hacia los bebederos justo al lado de la alcabala de salida. Se despidieron con un apretón de manos y se olieron. El sudaba un poco, ella sintió la humedad en su cuello…para él ella estaba hermosa y fresca.

(GRACIAS POR EXISTIR)

viernes, 23 de mayo de 2008

EL MILAGRO DE EXISTIR





Eliminé la larga lista de teléfonos celulares de mi agenda, sobre todo la de los masculinos prospectos. Luego de imaginarme el cuerpo de Alex sobre el mío, no pude pensar en otro más que pudiera ocupar mi pensamiento diario.

Mi mejor amiga Inés me dijo que exageraba, que tampoco era para borrarlos a todos… -al menos le hubiera pasado el número de algún chico guapo con dinero-. Luis me dijo que Alex mi “enamorado nro. 25”, se veía distinto a los demás, al menos tenía sus metas claras. Los amigos suelen ser muy crueles a veces, ironizan todo lo que pisan y observan, pero la culpa era mía pues los tuve acostumbrados a frecuentes cambios de ánimo, de distintos estados sentimentales que hacían que la larga fila de prospectos frustrados fuera cada vez más grande. Ya mis cuentos amorosos, aunque por mi manera de contarlos tan "divertida y dramática", no les aburrían, llegué a pensar que ya no creían en mí. Era como un alcohólico diciendo que esta vez dejaría la bebida por sus hijos, por la vida y por Dios: Nadie le creía. Además yo era como el borracho que anima la fiesta- “para que vas a dejarla, nos diviertes cuando estás en ese estado”. Les divertía verme romper con uno y cuando empezaba el siguiente, comenzaba a relatar el sinfín de defectos que tenía el que dejé y este nuevo amor no tenía.

Pero cómo haría para hacerles ver que sí, que Alex era el que yo quería para toda la vida. Y una noche comenzamos a comparar. Chacho tenía un pésimo aliento aunque era muy adinerado y no escatimaba en darme todo lo que pedía. Sebastián era muy cruel con todas las mujeres, no llegamos a tener sexo, pero me divertía con los cuentos de sus amantes. Ricardo era encantador, pero sabíamos todos que era mitómano y besaba bien. Federico quería boda, hijos, gatos y casa en la playa... pero resultó ser gay: me vi en medio de muchos hijos, animales, una enorme casa, dialogándome sobre su condición sexual después de años de casados y luego a mis espaldas contándole a esos amigos de él cómo salió del closet y su esposa – osea, yo, la gran estúpida- había aceptado de mil amores su nueva vida. No, mil veces no. Terminé con él de forma amable y aunque se molestó conmigo, meses después lo vi en una marcha con una banderita con los colores del arco iris.


-Eso pasa- me decía Cecilia- fíjate este dramaturgo gay y su bella esposa (también gay). Ellos son felices así, se aman y cada quien en lo suyo- Yo no quería eso y se lo dije cansadas veces a mi amiga Amanda, una mujer conforme de la vida y con su matrimonio que no servía para nada, pero que le daba mucho dinero… tenía muchos euros en Suiza, con dos tiendas en Madrid, una de ropa y otra de comida latinoamericana. Cualquiera, no?

Es increíble cómo una mujer pasa por una retahíla de situaciones, experimenta toda clase de sentimientos que van desde el creído amor -este que tiene a juro que ser el definitivo por que se hartó de esa primera semana de gloria que luego se convertiría en un martirio de lo aburrido, de preparar el bendito pasticho "atrapa suegra", su única especialidad y pare usted de contar la cantidad de cosas fastidiosas que uno experimenta, hace de manera estúpida y en estado de embobamiento absoluto- hasta llegar al odio y el asco, para conocer precisamente al hombre de su vida.

Yo le reclamo eso a mi mamá.

En los tiempos de la abuela, era ése quien pasaba frente a la ventana con cara de "voy por ti, pero aun no sé si por tu hermana Aleida que es más jovencita", ése era con quien ellas se casaban. Y como no sabían nada de nada, vivían toda la vida con el marido que fue el primero que se atrevió a mandarle una cartita con Rigoberta, la alcahueta. Con él, mi abuela y las demás abuelitas aprendieron lo que debieron saber. Se colocaban (si acaso) la sabanita con el agujerito bordado a la altura de la entrepierna, “porque ya era hora de tener el varón” y por supuesto, las abuelas sin saber qué era eso de mojarse, se disponían a complacer el marido. Recordando que la luna de miel fue un asco, pero bueno así es el sexo de feo, doloroso, todo en la vida es dolor. Pero estoy segura que alguna vez, lo habrán disfrutado aunque sea con el mismo de hace 30 años. DIOS MIO!

Y por qué reclamo a mi mamá? Pues, ella muy moderna, me dijo de adolescente. "Mija no se case sin velo": Imitando el tono de abuelita. Me decía: "...debes probarlo antes de saber, no vaya a ser que te pase como a Diana Esther Lujan, esa que era gochita y era bien bonita, que se casó con un tipo bellísimo, español y bueno… ella nos dijo ese era el hombre de su vida! y no sabes que cuando tuvieron sexo por primera vez... ya casados... ella, señorita por supuesto... cuando le vio el miembro, apestaba de lo desaseado, al parecer el tipo no le enseñó su mamá como lavarse la cuestión... te imaginas eso lleno de..."- Mamá no sigas, ya te entendí- y le entendí tanto que empecé a revisarlos a todos. E incluso ya unas amigas y yo éramos expertas en la materia y no sólo exigíamos salubridad, sino que nos volvimos más ambiciosas…si no tenía más de 20 cm, no aceptábamos a nadie. Irina se volvió tan descarada que ya ni los tanteaba, solo les preguntaba y si no cumplía con el nivel, simplemente lo descartaba. Abominable!!!

Uno se vuelve mecánica, y hasta de rameras podemos ser uno catalogadas, por tantos tipos en la vida que han pasado por nuestras narices. A no ser por el filósofo que se congració con la sociedad: Ricardo Arjona, que dijo que no le importaba si habíamos llevado más leña que nuestra abuelita santa y que sería él nuestra graduación (o el máster querido!, si te refieres a Martica la amiga mía del piso de arriba) En fin. Gracias a esa canción del afamado cantante, muchos hombres se dejaron de tanta ridiculez y ya asumieron que no encontrarán una chica virgen para que sea su esposa, a menos que se la compren a un árabe y la críen desde niña. Más bien el hombre se ha vuelto exigente, ahora no sólo la mujer debe ser un chef que cocine como Sumito o Narda Lepes, y ser más pana que su amigo del colegio, amiga de sus amigas, sino debe ser la actriz porno más atrevida del mundo. Cosa que es tan obligatoria, como en los tiempos de mi abuela lo era saber coser, bordar y poner la mesa en su santo lugar.
Con Alex, pasó mucho de esto. Es un hombre que decidió venir a mi vida y borrarme el pasado. Pasé muchos días pensando cuál sería su defecto más notorio. Todos eran perfectos hasta la segunda semana o al mes si corría con suerte. Pues señores, no creo en príncipes de ningún color. Y más aún si yo misma no soy princesa. Yo sería en ese caso la cortesana del palacio que distrae al Rey con sus maromas y se cree la artista de la corte. Soy un alma libre. Y eso se lo aclaré desde el principio. Aunque pensándolo bien me gusta la idea de ser prisionera de sus encantos y su vida. Después de estar tanto tiempo abandonada la idea que se ocupen de mí los 365 días del año, resulta fascinante.
Ya no me preocupa que mis amigos no me crean, yo por mi parte no les cuento nada de lo que hago con él, que es demasiado. Ellos se me quedan viendo el rostro y me dicen- no nos cuentes nada, ya sabemos todo por tu mirada- No sabemos si este será el definitivo, jamás lo sabré si me empeño en descifrarlo. Mis amigos, no me reprochan la idea que me haya vuelto más aburrida para ellos, más bien me lo agradecen, pues en el fondo ellos querían lo mejor para mí. Sin conocerlo, ellos saben que Alex y yo vibramos en una buena onda. Sin conocerlo ya lo quieren y más porque no me he ocupado de presentárselos para buscar aprobación, pues ya yo lo aprobé en mi vida y es suficiente. Si uno busca tanta aprobación, es que quizá no esté muy seguro de lo que tiene y no es mi caso.
Si tuve que pasar por tanto, para encontrar al hombre de mi vida, digo que vale la pena. Les diría a mis hijas que tienen que pasar por cosas peores, pero que al final de la partida el triunfo hará olvidar todo lo pasado. Pero que no anden buscando entre las alcantarillas, a esa rata que creen las hará feliz. Tengan todos los que puedan, para que el definitivo haga la diferencia. Y si corren con suerte como mi amiga Lina que si encontró su príncipe azul a la primera vez, pues bien, de todas maneras ella se perdió vivir la diversidad masculina que es tan compleja y fascinante.
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