Elvia, llegó al Aeropuerto de la ciudad de Buenos Aires, en un vuelo interminable que había hecho escala hasta en el Machu Pichu- por exagerar un poco. Mientras aterrizaba minutos antes, se preguntaba por qué no le había hecho caso a su conciencia y avisó a Fernando Valencia que vendría por fin a su país y que deseaba verlo. Pero enseguida tomo su cartera y su maleta de mano y salió por el pasillo que llevaba a identificación. Estar allí borró cada pensamiento y inmediatamente olió el ambiente- "quiero saber cómo huele esta ciudad" así le dijo a un hombre que conoció en Lima. Era la primera vez que salía de su país y estaba extasiada, pronto su conciencia caería en cuenta del grupo que la estaba esperando y comenzó a buscarlos. Se acordaba de la cara de Fedora, la cantaora del cuadro y Rico el guitarrista cubano que la llamó a su celular antes de venirse:
- Casi no va haber tiempo de nada, tenemos el show en dos días. si hubiéramos tenido más plata ensayamos una semana antes y tú conoces más la ciudad, pero así es aquí, la cosa está difícil- le decía Rico muy rápidamente, en un acentico entremezclado entre el cubano y un argentino aflamencado algo extraño.
La chica de 28 años de edad se sentó en un banco del aeropuerto a descansar y a ver si los veía, pero pasó media hora y no llegaban. Un momento de desesperación la invadió y fue a llamar, no encontraba el número y recordó que lo guardó en el celular, que no le servía para nada allí, pero al menos tenía varios teléfonos de gente conocida viviendo en ese país, en caso de no encontrarlos: el de Gustavo Fuenmayor, un compañero del colegio que se casó con una argentina y trabajaba como chef, la tía de una prima por parte de su mamá, pero ella estaba de viaje, Gina, una ex compañera de trabajo de su primo Arturo, Carlos y Bernarda una pareja que vivía a las afueras de la ciudad y por supuesto Fernando Valencia... el amor de su vida.
Se detuvo a recorrer número por número, hasta que pensó en llamarlo y se dijo a sí misma "si no lo hice cuando me vine menos, ahora". Ambos habían tenido cuatro discusiones casi constantes por chat, debido a muchas tonterías, entre esas él se estaba apartando de ella por otra mujer y ella no se decidía a dejar a su amigo Vicente que conoció un año antes de enamorarse de Fernando, por sentir una estabilidad- De todas maneras, yo coloque mi estado en la página del Facebook que me venía para acá a bailar y en el estado del chat. Que me escriba si le interesa verme... y si no lo ve? mejor lo llamo... que puedo perder.
Al levantarse, un acento extraño, ahora más elaborado sintió a lo lejos: Chee, guapaaa... ELVIA?
A la chica se le olvido todo, volteó y después de buscar con la mirada de donde venía el sonido vio a Rico con un jovencito imberbe, que al verlo bien era el de la caja: Mario, hijo de Rico y de una argentina llamada Ana. Con una gran sonrisa abrazaron ambos a Elvia que estaba muy agitada de tanto esperarlos.
- A dónde ibas tu?- ahora si mas cubanito-
- A llamar por teléfono…
-Perdona el retraso, creo que hubo una confusión en la hora, menos mal que Anita me recordó
-Bueno estaba pensando pedir asilo en la embajada de mi país, mientras que aparecieran.- rieron-
-Tranquila, linda, ya llegamos al rescate... pero ven, dame esa maleta- en seguida la tomó- uy pero que peso mujer! que llevas aquí otras bailaoras?
- No, como 4 pares de zapatos de baile, más dos mantoncillos y mucha más ropa, regalos...
Se fueron caminando hasta la salida, donde le esperaba el carro de Rico. Estúpidamente, mientras metían su equipaje en el auto, Elvia recorría la mirada por los demás autos y personas que estaban en el lugar a ver si veía algo conocido.
- Epa, Elvia… “esperás” a alguien?
- No!!... vámonos... hace calor!
Mientras, iban camino al Tablao Gitanos de la Morería, Elvia observaba la ciudad y recordaba las palabras de Fernando, lo que le había dicho hace unos cuatro meses apenas.
"Cuando vengas a argentina, yo te busco al aeropuerto y te quedás en mi casa no permitiré que te quedes en otra parte... cuando vengas te trataré como una reina"
En seguida el dicharachero de Rico interrumpió su pensamiento con muchos cuentos del lugar donde bailarían, al mismo tiempo que tenía a todo volumen un disco de Duquende con unas bulerías estruendosas. Por lo que el cubano gritaba un poco.
- Mi casa está llena de gente, bueno, Ana tiene muchos hermanos y veranean en casa, que te parece. Por eso te llevo al Tablao que hay un hostal que les pertenece a ellos, es como un hotelito pequeño, la idea es que cuando vengan artistas de fuera se quedan ahí... oye que bárbaro, el Cigala, no?
-Papá ese no es Cigala- replicó el hijo Mario que sin detenerse estaba golpeando la guantera del carro marcando el compás, como si la juerga aun vivía en ellos aun durante la vida cotidiana.
- Es Duquende- rio Elvia- Es el sucesor de camarón de la Isla, eso dicen...
- Claro, pero se parecen o no... - dijo Rico- bueno, Elvi- una manera muy argentina de llamar por el diminutivo a las personas- Elvi, como te decía, cuando yo llegue acá, de Cuba, me quedé en este hostalito…es muy lindo, lo han acomodado un montón... yo no tocaba nada de flamenco y me quedé ahí a pesar de todo, con un amigo que conocí en el aeropuerto... yo tocaba en el conservatorio de la Habana, daba clases, estudie 10 años guitarra, piano y celo , solo un poco. El amigo mío Mario Giannetti- es por eso mi hijo le puse Mario, por él- me consiguió trabajo en un restaurant latino y daba clases de salsa y a veces tocaba guitarra en algunos grupos... en la noche me bebía unas copas al lado de mi hostalito y allí tocaban flamenquito un cuadro ahí…“medio -medio”... con Fabián "el Chungo" un guitarrista de los primeros que llegaron al tablao, el me enseñó y que Dios lo tenga en la gloria al maestro.
- Es que de verdad, ustedes echan pa ´lante en cualquier lugar del mundo. Bueno, yo tenía dos años sin bailar... estaba muy mal de salud, no por bailar sino por haberlo dejado- se escucharon risas de los tres- Y comencé a bailar de nuevo... y quise formar mi propio grupo... quiero venirme a vivir acá, todo depende cómo me vaya y si puedo vivir del arte, de dar clases, lo que sea. Pero haciendo lo que me gusta.
Llegaron al Tablao de la Morería, un famoso restaurant de comida española muy visitado y con el mejor tablao de Buenos Aires, una amiga de Elvia había bailado el año que pasó en primavera y le había recomendado con el dueño. No conocían el arte de las venezolanas muy bien pero Elvia estaba dispuesta a sorprenderlos a todos. No era tonta, había revisado videos de las bailaoras de allá y había analizado el estilo. Ella estaba dispuesta a dar el alma y mostrar sus atributos y su estilo particular muy gitano y desenfrenado.
Las únicas personas que habían visto el material de Elvia había sido Fedora y le había encantado. Pero Rico andaba un poco decepcionado de la actitud melancólica de Elvia y lo poco conversadora que era- tiene una cara fenomenal y una cola grandísima, muy gitana, espero que no sea tan sosa en el baile-
Elvia llevaba una camiseta negra una bufandita de colores rojos, amarillos y naranjas y una falda larga ajustada hasta el comienzo del muslo con flores grandes del mismo tono de la bufanda en un fondo negro. No muy maquillada y el cabello suelto enrulado.
Habían llegado a su habitación a las 3:00 pm y ese mismo día a las 7:00 pm había ensayo con el cuadro completo, otro guitarrista argentino, Marcelo, un bailaor llamado Chacho y María del Mar que a veces bailaba con ellos. Elvia tenía ganas de dormir, pero estaba muy ansiosa, una vez sola, sacó el equipaje, colocó todo ordenado en el closet y ordenó por tonos sus pares tacones de baile. Antes que nada, sacó su mini laptop y colocó la música que bailaría... había preparado unos 5 bailes de los que tendría que escoger al menos 3, más las rumbitas que son improvisadas y sevillanas que siempre siguen un mismo esquema.
Enseguida se conectó a internet a ver si algo pasaba. Y colocó su estado: Ya en Argentina, a bailar este fin en el Tablao de La Morería.....!!!!
El ensayo terminó casi a las 9 de la noche, el salón quedaba cerca del Tablao y era una sala enorme, salieron a comer algo con todo el grupo y a beberse unos vinos. Elvia estaba agotada, el bailaor no fue al ensayo por lo que dudaba mucho que hicieran un dúo de las guajiras, estaba molesta pues mandó a traer el pericón-abanico de baile- de España y le había costado unos 15 euros. Chacho era de esas personas que no sólo creía sabérselas todas, sino que era esos tipos de bailaores que odiaban ensayar y preferían salir al ruedo con lo que tuvieran. Y lo peor era que lo hacía muy bien. Ya ella había trabajado con algunos bailaores así y era muy desagradable, encontró la ausencia de Chacho un acto de divismo muy estúpido. Por otro lado, con el cuadro en general se había sentido muy bien, habían cuadrado algunos bailes, les gustó mucho en general, Los tangos flamencos, las alegrías y las soleares, pero mucho más los tangos, así que habría que escoger. Las guajiras y los fandangos quedaron a la espera por la ausencia del bailaor.
Finalmente, llegó un mensaje de Fedora: ya vamos por ti en una hora, linda. Regresó caminando al hostal y se dio un buen baño. Preparó su bolso, se conectó en internet, encontró conectada a su madre, charlaron un rato muy emocionada y le contó del ensayo. Revisó el Facebook y encontró como 10 comentarios en su estado: “Que bien…Mucha suerte por allá”/ Amiga… que éxito… te deseo lo mejor, tomas muchas fotos/ Felicidades, por ese alcance en tus metas… tráeme algo lindo de allá/
Entre otros muchos comentarios se sumaban por horas excepto alguno de Fernando. Se conectó Maya una amiga de ella que sabía su historia con el argentino y ella. Y le dijo: Tienes dos opciones, tragarte tu orgullo y llamarlo y decirle que quieres verlo o no llamarlo y dejar que el destino decida qué pasará. Y sabes que cuando uno hace eso, las cosas casi nunca salen como uno quiere. Si no lo llamas quizá se ofenda, sabes lo que te costó reunir para este viaje, no lo desaproveches, así no tengan nada por lo menos que te vea bailar y se quede babeado por ti.
Pensó bien y sólo le mandó un mensaje… “Hola soy Yo Elvia, lee mi perfil de la página… espero que estés”
Comenzó el show cerca de las 10 pm, con unos fandangos, Comenzó María del Mar con el primero, luego Chacho y finalmente Elvia. El local estaba lleno, como todos los viernes en la noche. Fedora cantó una canción muy linda inspirada en las coplas antiguas españolas por bulerías, pero más lentas. María del Mar bailó unas alegrías y Chacho con su hermosa farruca propia de su temple.
En el descanso, Elvia se sentó vio la rosa la tomo y la olió por un rato... se olvidó por un momento de los que pasaba en el tablao y de repente soltó una sonrisa. Recordando las bromas y el sentido del humor que caracterizaba a Fernando. Subió la vista y a lo lejos estaba él tomandose una copa y extasiado viendola y así se mantuvo hasta que le tocó bailar unos tangos flamencos, mientras el Rico la anunciaba ya como Elvia "la Bruja". siguió bailando, como debía, no por estar su amor en ese momento debía cambiar, simplemente dejar la conciencia a un lado y hacer su arte como mejor sabia. Terminaba el show y por una fiesta por bulerias terminaron todos en un gran alboroto seguido de gritos y aplausos del publico, mientras en fila uno detras del otro iban bajando.
A la mañana siguiente Elvia amaneció con Fernando, que insistió en llevarla al día siguiente unos días a su casa. Pero ella no aceptó, pues, debía bailar esa noche y luego irse rápido a su país que la esperaban otros compromisos. Ni siquiera aceptó esa noche quedarse en un hotel con él sino en su mismo hostalito, acogedor y cercano. Tenía ensayo a las 5 de la tarde. Pasaron el día juntos muy tranquilos y se dieron cuenta que la vida de cada uno pertenecía a espacios y momentos distintos. Elvia no cambiaría su vida allá y él ya estaba comenzando otra al lado de Julia. En el comienzo del invierno, Elvia volvió y se encontró con Fernando en la ciudad, esta vez lo aconpaño a su pueblo paso dos días y se regresó. Cuando le tocaba bailar se veían en Buenos Aires, hasta que en un par de años, le tocó irse a vivir por los compromisos que había adquirido en ese país soñado. Ya no se veía con Fernando y ahora era Chacho que comenzaba a ocupar ese lugar. Su amigo en Venezuela, no la siguió por lo que la relación se terminó.
ELVIA "la Bruja "seguia triunfando en otros países con su compañero y amante el Chacho, y regresaban a principi0 de año a dar clases en su nueva Escuela de Baile.
PD: EL VIDEO ES TOMADO DE UNA VENEZOLANA LLAMADA DERLY RAMIREZ LA POLVORILLA... todos los personajes y fotos han sido tomados para recrear la historia..asi como el video. Espero les haya gustado
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